“Dime como hablas y te diré quién eres”,
dice Guillermo Villa Rios en ese audio seminario que impartió hace un tiempo y
que me dejó pensando por un rato bien largo acerca de cómo usamos esa magia
inaudita que lanzamos por medio de nuestras bocas casi con impunidad del que
cree hablar sin lastimar o sin dejar migajas de su propia personalidad
desperdigadas en la conciencia del que escucha.
Usamos
palabras para todo y todos los días sin ponernos a reflexionar cuan importantes
son para relacionarnos con los otros y la trascendencia que tienen en el modo
en que expresamos nuestros diversos estados de ánimo. Muchas veces hablamos
pero no dialogamos, sentimos pero no logramos plasmar eso en palabras y otras
veces simplemente callamos porque las palabras sobran, pero ponernos a indagar
acerca de la divinidad de las palabras es una búsqueda, creo yo, que escapa al
entendimiento de lo corrientes pero nos acerca a una idea más sutil acerca de
cómo nos pensamos a nosotros mismos cuando usamos determinadas palabras.
Por
años he trabajado el SEO y he
aprendido el valor de la palabra para posicionar sitios webs, pero de un tiempo
a esta parte he ido introduciéndome cada vez más dentro de la madriguera del
conejo o en el limbo de las ideas para rescatar de allí su origen mismo y
resignificarlas porque como decía Wittgenstein,
los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo.
Me
gustó especialmente el enfoque de Guillermo
Villa Rios porque trata de ir hasta la profundidad más densa del carácter mismo
y del modo en que lo transmutamos en palabras, algo muy interesante de hacer y
de observar y que no cuesta mucho en la vida diaria pero que sin embargo cuesta
más que solo hablar.
También
estuve escuchando mucho del análisis religioso que hace Jim Staley de las palabras y su divinidad, su mensaje es claro y
trata de ser una pedagogía del modo en que la divinidad se expresa desde la antigüedad.
Lo interesante de su punto de vista es que equipara la palabra pronunciada con
la acción misma que sucede, es decir es un acto de fe real, si nos ponemos a
pensar en eso podemos tomarnos la vida entera como una consagración de actos y
declaraciones siempre con el sesgo de un propósito.
Pero ya
saliendo del ámbito de la religión podemos volver un poco más aca sobre el uso de las keywords en Google, algo que
siempre está en la lupa del mega buscador porque parece ser el viejo juego del
gato y el ratón al que los webmasters se someten a veces abusando de sus
supuestos entendimientos sobre el tema. Las palabras claves para Google no son
claves sin contexto, en este sentido Google se equipara a dios mismo al buscar
cargarle sentido a las palabras que pronuncian los webmasters por medio de sus
contenidos en base al posicionamiento orgánico. Y no, no es una exageración lo
que estoy diciendo.
Antes
de Google no existía nada ni nadie que le otorgara tanto valor a la palabra
escrita. Y aunque eso ahora se ha templado mucho más con cambios más o menos
constantes en su algoritmo, el contenido
sigue siendo uno de los arcángeles más importantes en la misión de este dios de
la información que dicta la organización del conocimiento en internet.
La idea religiosa que quiero transmitirte por medio de
Guillermo Villa Rios y Jim Stanley como creador de contenidos para tu sitio web
o blog, es muy sencilla:
Hay un dios que declara la importancia de las palabras que usas, que las organiza y las equipara, que las contempla y las contextualiza según el modo en que tu las usas. El mal uso de ellas es una ofensa misma a los principios sobre los cuales tú aseguras querer obtener su favor. Dios abandona a aquel que usa en vano su nombre.
¿Por qué es
importante que trates bien a las palabras en internet?
Porque si eres creador de contenidos, si haces marketing, si
tienes un blog, si haces posicionamiento, si escribes sobre tus pasatiempos o
sobre tus sueños estás haciendo declaraciones sobre las que otros formarán una
opinión de ti, pero además de haber un público que te escuchará y te seguirá
hay una energía externa que es Google mismo que identificará tu uso y
entendimiento de esas declaraciones y las reforzará o castigará según su
entendimiento.
Un creador de contenidos
debe aspirar a ser un maestro de la palabra y un apóstol de ellas.
Transmitir ideas por medio de palabras y usarlas
correctamente para hacerlo es una prioridad si quieres tener el favor de este
dios de internet. Tener un éxito basado en fe del que bien.
Recuerdo ahora una de las mejores escenas de la última
entrega de Harry Potter cuando el
personaje muere y se encuentra en el limbo con su viejo maestro, con el
profesor Dumbledore y este le dice en una parte de su charla lo siguiente:
-
En Hogwarts
siempre se prestará ayuda a quien la pida. Siempre me he jactado de mi habilidad
para jugar con las frases. Las palabras son en mi no tan humilde opinión nuestra
más inagotable fuente de magia capaces de infligir daño y de remediarlo, en
este caso enmendaría mi frase inicial por esta otra: en Hogwarts siempre se
prestará ayuda a quien la merezca.
Es curioso porque antes había leído una frase muy parecida
está en el libro Los 4 Acuerdos Toltecas del mexicano Miguel Ruiz, que te lo
recomiendo mucho pues ahí también se habla del poder de la palabra pronunciada
en el primer acuerdo que reza justamente: “Sé impecable con la palabra”, en un
extracto dice:
“… ¿Por qué tus
palabras? Porque constituyen el poder que tienes para crear. Son un don que
proviene directamente de Dios. En la Biblia, el Evangelio de San Juan empieza
diciendo: «En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el
Verbo era Dios». Mediante las palabras expresas tu poder creativo; lo revelas
todo. Independientemente de la lengua que hables, tu intención se pone de
manifiesto a través de las palabras. Lo que sueñas, lo que sientes y lo que
realmente eres, lo muestras por medio de las palabras. No son sólo sonidos o
símbolos escritos; son una fuerza. Constituyen el poder que tienes para
expresar y comunicar, para pensar y, en consecuencia, para crear los
acontecimientos de tu vida. Puedes hablar. ¿Qué otro animal del planeta puede
hacerlo?.“
“…Según cómo las
utilices, las palabras te liberarán o te esclavizarán aún más de lo que
imaginas. Toda la magia que posees se basa en tus palabras. Son pura magia, y
si las utilizas mal, se convierten en magia negra. Esta magia es tan poderosa,
que una sola palabra puede cambiar una vida o destruir a millones de personas…”
Quisiera que simplemente reflexionaras en la semana sobre
estos puntos que son tan importantes ya sea que fueras emprendedor o no de
internet, en la vida te vas a encontrar con situaciones donde la palabra justa
te hará bien o una palabra demás supondrá verse con la cara más dramática de
las consecuencias de quien la recibe.
Dentro o fuera de internet tus palabras importan… y mucho
más delo que supones.
Y tú... qué quieres decirme hoy?
Y tú... qué quieres decirme hoy?
mi palabra favorita en español es "Bahía", no tiene que ver con nada pero me gusta...
— Alexander Bobadilla (@alexbobadilla) marzo 16, 2015
Muy interesante todo el contenido sobre el poder de las palabras. Nunca pensamos que las palabras tienen tanto poder. Hoy en día cada vez más poder tienen ya que usamos tantas veces las nuevas tecnologías y las tantas aplicaciones para escribir, difundir y darse a conocer.
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