¿Te imaginas un mundo en el que no existan la pobreza, las guerras, la hambruna, la contaminación, la delincuencia ni la explotación? ¿Donde todo lo que se produzca sea de la mayor calidad, durabilidad y la mejor tecnología disponible hasta el momento, eliminando así la sobreproducción de artículos desechables? ¿Te has preguntado por qué se destinan tantos recursos para la guerra y tan pocos para acabar con el hambre en el mundo o desarrollar energías renovables o dar educación a todos?
El mundo no tiene que ser tal y como lo conocemos ahora. Existe una propuesta para una nueva forma de organización social que no esté basada en el dinero: Una economía basada en recursos.
Para entender esto primero tenemos que considerar que el dinero es una invención humana, creado en una época primitiva, para administrar la escasez. Así surgió la economía y la política como una forma de administrar la economía. El dinero era necesario para administrar los recursos escasos.
Pero actualmente hemos alcanzado un nivel tecnológico que, aprovechado correctamente, nos permite generar abundancia por medio de procesos cada vez más automatizados. (Desde hace décadas hemos venido soñando con robots que hagan el trabajo por nosotros y día a día vemos cómo las máquinas nos desplazan en el trabajo). Y cuando las cosas existen en abundancia y son producidas sin esfuerzo humano, no tiene sentido venderlas, ya que están al alcance de todos, como el aire.
Esto no implica más contaminación porque los productos tendrían la mayor durabilidad posible y ya existen tecnologías que permiten aprovechar las energías solar, eólica, de mareas, geotérmica, entre otras. Sólo que la durabilidad perjudica al comercio, que necesita vender constantemente, y las energías limpias no se han difundido ampliamente debido a su costo. El dinero y los intereses de grupos económicos son frecuentemente un freno para el desarrollo de la tecnología, que es la que realmente logra que nuestra vida sea mejor, cuando es usada por el bien de la sociedad y no para obtener beneficios económicos de corto plazo.
En un mundo en el que los procesos se automatizaran al máximo y las cosas no tuvieran precio, la mayoría de los trabajos dejarían de ser necesarios paulatinamente y se requerirían muy pocas horas para realizarlos. Las personas podrían dedicar su tiempo libre a aprender nuevos conocimientos científicos, trabajar en los proyectos que les entusiasman, desarrollar sus capacidades artísticas o deportivas, fortalecer sus relaciones familiares y con amigos, viajar a cualquier parte del mundo sin costo ni restricciones, ya que no habría necesidad de fronteras como las que hemos inventado. Todo de una manera realmente libre.
En esta nueva sociedad la mayoría de las formas de delincuencia (robo, secuestro, tráfico de personas, fraudes…), dejarían de tener sentido ya que no habría dinero que las remunerara y las necesidades de todos estarían cubiertas sin costo, y habría más gente preparada y dispuesta para ayudar a aquellos con transtornos mentales y emocionales.
De todo esto y más se trata una economía basada en recursos. En esta economía la pregunta no es “¿cuánto cuesta resolver tal problema?” sino “¿tenemos los recursos resolver tal problema?”. Y tal vez te sorprendería descubrir todo lo que somos capaces de hacer como sociedad trabajando por un bien común y no de manera competitiva que sólo ha traído beneficios para una élite que tiene todo el poder mientras millones de seres en el mundo mueren en la miseria.
El mundo es rico. La crisis es una crisis inventada por el ser humano y puede terminar gracias al mismo ser humano. Pero el verdadero progreso está siendo frenado por el dinero y toda la estructura que se ha creado en torno al mismo.
¿Vale la pena esta nueva propuesta? ¿Vale la pena intentarlo? ¿Vale la pena al menos informarse más al respecto?
Actualmente, y gracias a internet, existen miles de personas formando un movimiento que crece cada día a nivel mundial para poner en marcha estas ideas, así como una organización llamada Proyecto Venus que tiene, entre otros planes, construir una ciudad autosostenible para probar la viabilidad de este sistema.
No se trata de una “solución perfecta”. La humanidad siempre se enfrentará a problemas que resolver. Pero sí es algo mucho mejor que lo que existe actualmente. Podemos tener una sociedad no esclavizada a trabajos absurdos, y actualizada al nivel de conocimientos científicos actuales y libre de contaminación y depredación ambiental.