🏆👌¿Qué objetivos tienes para 2020 y cómo lograrlos? https://t.co/nXdrVg5PlA #metas #objetivos #negocios #pareja #familia #2020— 📌Alex📖Bobadilla📌 (@alexbobadilla) December 24, 2019
Este es el artículo más
importante que he escrito en la última década.
Es personal y crudamente honesto.
Aún así, quería redactarlo pues estamos
por comenzar una nueva década y quería hacerlo con un post en donde voy a
tratar de resumir algunas lecciones muy importantes que aprendí en los últimos
diez años.
Por supuesto que no voy a poder
resumirlo del modo en que me gustaría, pero al menos voy a intentar recapitular
algunos de los aprendizajes más importantes que he tenido que lograr y que me
costaron tiempo, sudor y lágrimas en varios momentos.
Esta fue una década cargada de situaciones
y experiencias tanto buenas como malas que me han transformado profundamente.
Me han transformado tanto que me
resulta imposible de reconocer. Incluso al adolescente que escribía sus
primeros artículos en este mismo blog.
Si tuviera al Alexander de hace
diez años atrás enfrente mío no lo podría reconocer, sería un extraño.
Sus ideas del mundo, de las
personas, del saber, de la familia, de los negocios y de tantas otras cosas
eran bastante más ingenuas de las que una década más tarde sé que son en
realidad.
Es claro que la vida se ha
encargado de curtirme la piel de muchos modos distintos y algunas esperanzas se
fueron convirtiendo lentamente en piedra, otras se hicieron añicos contra la
realidad, mientras que unas pocas sobrevivieron transformadas en decisiones concretas
que tuve que tomar en varios momentos claves.
No puedo decir que reniego de
tener que haber aprendido a los golpes contra la realidad de la vida como lo
hice.
¿Acaso puede ser de otra manera?
¿Los humanos aprendemos solo de
las ideas?
La respuesta es un rotundo NO.
Los humanos sufrimos, perdemos y
reflexionamos solo al borde de aquello que nos causa displacer, a veces, un
gran displacer.
Son muy pocos los humanos que
pueden decir que nunca han sufrido y que la vida les ha sido simple, alegre y
fácil siempre.
Es bueno poder pensar
retrospectivamente.
No para darnos el lujo de llorar
o de lapidarnos con conclusiones que ahora nos parecen obvias, sino para poder
entender que todos atravesamos por procesos de vida muy particulares y que
mientras algunos arriban a puertos seguros, otros, recién sueltan amarras.
Por eso te dejo aquí diez ítems
que tienen que ver con mis propios procesos de vida y que he aprendido en la
última década.
(Antes. Una sugerencia. Dale play a este video mientras lees:)
(Antes. Una sugerencia. Dale play a este video mientras lees:)
📖 Educación y
formación
1.
Tener un título universitario como meta personal y por
amor al saber es importante pero no definitorio
Cerca de la mitad de esta década
decidí que quería hacer una carrera universitaria. No porque considerara al
sistema universitario como fundamental para mi vida sino más bien porque me
gustaba aprender y me encontraba siempre leyendo libros de diversos temas y
escuchando clases de profesores por Youtube. Algo que sigo haciendo con gusto
todavía hoy.
Aunque en ese momento supe que un
título no me aportaría algo realmente trascendental, si sabía que podría darle
cuerpo a mis inquietudes por el amor al saber mismo. Me costó decidirme por una
carrera universitaria porque sería algo que debía conjugar varios campos de
estudio, enamorarme completamente y al mismo tiempo debía ser útil a otros.
(Pues aceptémoslo, hay carreras donde la utilidad hacia otros no es requisito).
Dudé también porque ya tenía 25
años cuando decidí ingresar a la universidad. Sabía que no iba a ser fácil y
que no sería un simple hobby como muchos universitarios de 18 años toman a las
carreras a las que se inscriben.
No podía darme el lujo de perder
tiempo aplazando materias o no estudiando realmente, pues ese tiempo podría
invertirlo en crear negocios, equipos o simplemente tener un trabajo de jornada
completa.
Cuando decidí que carrera
estudiar y me comprometí en terminarla en 5 años tenía ideas de mí mismo, de
los otros y de la profesión que se fueron transformando lentamente y que me
fueron moldeando en el proceso hasta convertirme en alguien completamente
nuevo.
Hoy sigo amando el saber por el
saber mismo, pero también tengo un título universitario que me permite seguir
explorando el saber en los otros y en mí mismo como solo la Psicopedagogía
puede hacerlo.
Ser Psicopedagogo es ser curioso
con otros sobre como aprendemos los humanos y es un camino que no tiene punto
de llegada, pero del que me agradezco haberlo iniciado.
2.
Tener un set de habilidades en múltiples campos permite
encontrar nuevas soluciones a problemas específicos
Antes de ser Psicopedagogo este
blog ya existía. Siempre me gustó escribir. Siempre me gustó investigar. La
curiosidad es un motor para la existencia misma porque es divertida, constante
y siempre nos sorprende aquello que no sabíamos que estaba allí.
Los negocios, la escritura, la
lectura, el diálogo con personas de todo el mundo vía Skype y a causa de los
diferentes modelos de negocios que posibilita internet, me enseñaron a
desarrollar habilidades de negociación, estrategias de crecimiento,
inteligencia emocional, comprensión de la dimensión del deseo, uso de
herramientas y dispositivos técnicos (blogs, plataformas de video, redes
sociales, etc.), así como una amplia gama de visiones de la realidad que no
eran la mía, la inmediata.
Hablando con personas de otros
países entendí las realidades políticas y como éstas influyen en su vida
diaria, entendí sus necesidades específicas y las comunes con otros.
Esas situaciones muchas veces me
obligaron a tener que pensar con ellos en soluciones exclusivamente para su
realidad, mientras que otras veces fueron ellos los que me ayudaron a pensar en
mi realidad personal.
Internet y los diálogos que por
su intermedio pude crear, han sido una herramienta fenomenal para desarrollar
múltiples habilidades que hoy puedo extrapolar a situaciones de negocios, de
familia, de equipos, personales, educativas y emocionales.
Internet es una herramienta de
empatía fundamental que permite crear soluciones específicas si podemos verla
como una biblioteca viva de experiencias y contactos con los cuales podemos
cocrear habilidades prácticas para desplegarlas en cualquier momento y cuando
sean necesarias.
🧑 Crecimiento
personal
3.
Aprender a escuchar es más importante que tener la última
palabra
Cerrar la boca para escuchar
atentamente y no para responder desde mi propio punto de vista es tal vez la
cuestión que más me costó aprender.
Cuando finalmente entendí que el
otro no miente, sino que SE MIENTE, cuando el otro no odia si no que SE ODIA,
que el otro no teme, sino que SE TEME, cuando el otro no está limitado, sino
que SE LIMITA.
Entendí muchas cosas y gané paz,
paciencia y claridad en muchos asuntos.
A pesar de lo rotundo de las
afirmaciones anteriores tienes que saber que no me refiero a absolutos. Sino a
niveles.
Por ejemplo, cuando alguien dice
que odia a otra persona y da cientos de razones, a veces muy válidas, por
cierto, generalmente el odio no es absoluto, sino que se podría poner en una
escala valorativa (¿Cómo sabemos esto? Obligándolos a que nos digan al menos
una buena acción o una acción de justicia que haya cometido esa persona. Aunque
la respuesta cueste casi todos pueden recordar al menos una acción luego de
varios intentos).
Pero algo más trascendental es
que cuando una persona lanza un discurso casi siempre está argumentando desde
el punto de vista de su más sentida experiencia, no desde la verdad objetiva.
Por eso digo que una persona no odia, sino que, se odia por haber actuado de
alguna forma particular o incluso odia una parte de sí mismo que el otro
refleja magníficamente bien.
Las personas escondemos en
nuestros discursos realidades personales confesables e inconfesables que si las
escuchamos con mucha atención podemos verlas en un panorama mucho más amplio
que no nos haga juzgar la foto sino la película que alguien nos trae.
Para hacer eso hay que tener
ganas, paciencia y dejar de intentar imponer nuestras propias ideas.
Lo cual, es difícil y no surge sin esfuerzo.
4.
Todos los días estamos construyendo nuestra necrológica
Cada palabra que decimos, cada
acción que realizamos y cada encuentro con los otros pueden ser los últimos.
Sucede que vivimos nuestra vida sin conciencia de la muerte y de la finitud, al
mismo tiempo que no vemos que hay cosas que vamos repitiendo en acciones y
dichos a lo largo de meses y años.
Al mirar hacia atrás podemos ver
algunas de esas repeticiones muy claramente, otro es el asunto de si decidimos
aceptarlas u ocultarlas, pero están ahí.
Esas cosas que vamos haciendo
todos los días y que definen donde invertimos tiempo, motivaciones, deseos y
esfuerzos son las cosas por las que otros nos van a recordar.
Son nuestro epitafio en la memoria de cada persona con la que nos hemos cruzado.
Son nuestro epitafio en la memoria de cada persona con la que nos hemos cruzado.
Entender esto me llevó a una
pregunta trascendental, y es esta: ¿Cómo quieres ser recordado?
Esa pregunta a su vez me lleva a
tomar decisiones cada vez mas meditadas sobre mi modo de actuar con los otros.
Si alguien me recuerda un día me gustaría que al menos no haya sufrido mi
encuentro, y en el mejor de los casos, ambos hayamos aprendido algo del
encuentro con el otro.
La conciencia de que nuestra vida
es sufrimiento y de que vamos a morir hace que el valor del presente sea en
efecto, un presente, un regalo para los otros, a pesar de esta mortal certeza
con la que vivimos.
5.
Hay que exponernos a situaciones nuevas por voluntad
propia siempre que sea posible
¿De qué sirve estar aprendiendo
sino somos capaces de enfrentarnos a nuevos escenarios que, paradójicamente,
nos hagan aprender aún más sobre lo que ya creemos que sabemos?
Ir en busca de un riesgo
controlado es mejor que esperar a que situaciones inesperadas aparezcan y lo
consuman todo como un sorpresivo incendio de verano.
Parte de la idea de someterme
voluntariamente a situaciones nuevas tiene que ver con ir a buscar lugares,
personas o situaciones donde ambos podamos beneficiarnos del otro, pero sin
perder lo que ya hemos logrado y potenciando las oportunidades de crecimiento
social, comunitario y personal.
Si nunca fuiste parte de un club,
¿por qué no empezar hoy?, si siempre quisiste ser vendedor de autos, pero
elegiste estudiar odontología, ¿por qué no animarse ahora?, si amas los
animales y quieres ayudarlos, ¿por qué no ser parte de una organización
comunitaria de protección de animales los fines de semana?, si te gustaría
viajar a París, ¿por qué no empiezas aprendiendo el idioma?
(Sugerencia dos: Dale play a este video...)
(Sugerencia dos: Dale play a este video...)
👪 Familia y pareja
6.
Los dramas familiares no resueltos afectan toda nuestra
vida y su sentido de trascendencia
Vamos a enfermar de aquello que
huimos, de aquello que ocultamos, de aquello que callamos y de aquello que no
perdonamos.
Esta es probablemente una regla
general no escrita de la psicología por la que miles de personas no logran
entender porque se sienten depresivas, angustiadas y solas en nuestras
sociedades modernas.
Una vez que podemos conectar
nuestro pasado familiar con nuestros malestares del hoy, empieza un camino
hacia el bienestar que es casi inevitable. Aunque es un camino de aceptación
difícil, duro y muchas veces doloroso.
Me tocó tener que hacer esto con
mi padre.
Que, como todo padre, no fue
perfecto.
Los hijos siempre tenemos algo
que reprocharles a los padres, incluso porque han sido demasiado perfectos.
En mi caso había tenido reproches
de todo tipo, no justamente por esa causa, pero necesitaba decírselo.
Uno de mis más grandes logros
personales de esta década es poder haber confrontado a mi padre con mis
verdades a pesar de lo que él creía que significaba ser padre.
Un hijo tiene derecho a hacer
esto y un padre tiene que poder escucharlo en vida.
A nivel personal me sirvió para
avanzar después de su muerte y para aceptar su existencia como fundante de
quien soy hoy, puesto que un padre marca a sus hijos con sus aciertos y sus
errores de una forma tan determinante que toma toda la vida empezar a
identificarlos y ubicarlos.
A mi padre que se fue en esta
década le agradezco quien soy y quien no quiero ser.
Esa es la mejor forma de hacerle
justicia a la memoria de los que ya no están. Sin rencores, pero sin
silencios.
Los dramas familiares deben ser
resueltos, no por los familiares involucrados en sí, sino por nuestra propia
salud pues más tarde o más temprano van a influir en nosotros mismos o en
nuestros hijos y nietos de formas que ahora ni siquiera sospechamos, puesto que
lo que no se resuelve en una generación aparece en la siguiente más
crudamente.
Tú, ¿Tienes algo que decirle a
alguien que aún esta vivo y no sabes si puedes hacerlo?
Mi recomendación: hazte de valor,
no pierdas la oportunidad, no dejes que las décadas avancen y se lo lleve.
7.
El amor está en la buena comunicación y no en el miedo a
decir
En cuanto a parejas y relaciones
he aprendido algo básico, pero por medio de grandes pesares.
Aprender a decirle a la persona
que queremos todo aquello que deseamos, que tememos, que necesitamos y que
pensamos solo va a ser posible en tanto que sintamos que existe respeto, buen
trato, empatía y tiempo.
Si la persona que decimos amar no
tiene ni tiempo, ni respeto ni ganas de establecer una buena comunicación
entonces la relación no es de amor, es de otra cosa, no de amor.
No sé nada sobre el amor, lo admito,
pero si sé que el amor es, al menos, la falta de miedo.
Si creemos o sospechamos, aunque
sea tímidamente de que el otro o la otra nos va a tratar con frialdad, con
antipatía, con desconfianza, a destiempo, con desgano y frívolamente, entonces
lo que tenemos es una relación mediada por miedos y no por diálogos honestos,
profundos y constantes en un marco de respeto.
Lograr esos diálogos honestos
casi al nivel del dolor solo son soportables porque al menos una de las dos
partes puede sostener momentáneamente palabras o situaciones inesperadas
sabiendo que el otro lo hace desde el amor y no desde la voluntad de
destrucción, no por maldad, no por egoísmo.
Amar es saber escuchar al otro
desde el todo, desde el amor.
Amar es aprender a dialogar como
con un espejo que no nos juzgue pero que nos soporte incluso en nuestras
contradicciones.
Por eso amar es un proceso que se
confunde fácil con otras cosas, que se diluye entre sensaciones encontradas y
que finalmente se corroe por falta de diálogos abiertamente honestos sobre lo
que cada uno siente, desea y necesita.
El amor no es la palabra, pero lo
único que le hace de trinchera cotidiana es la profundidad de ella.
8.
Tener múltiples fuentes de ingreso no es tan sencillo
como lo muestran los gurúes
Años de gurús y de cursos online
me han enseñado que la tenacidad y la perseverancia son dos cualidades que
todos los emprendedores de éxito tienen pero que aún así muchas de las
oportunidades que sabemos que existen en internet tienen que ver con el lugar
donde vivimos y la clase social a la que pertenecemos.
Muchos “expertos” en internet
dicen que todos podemos lograr altísimos ingresos con negocios online teniendo múltiples
fuentes de ingresos, pero no todos cuentan con la capacidad de inversión que se
necesita, el conocimiento técnico, los equipos y herramientas o las
experiencias que ellos tienen para poder lograrlo a la velocidad en que ellos
lo hacen.
No es lo mismo tener un salario mínimo
en USA que en Ecuador, Bolivia o Brasil. No es lo mismo intentar crear o
contratar servicios desde Venezuela, Argentina o España.
Los costos, los niveles de acceso
y las formas de pagos varían inmensamente.
Esto es algo que cuesta entender
y sobre lo que hay que crear estrategias muchos meses antes de simplemente
adquirir una franquicia online o pensar en crear un blog de nicho.
Muchos de los que son exitosos en
internet tienen recursos humanos, materiales y económicos solventes de otros
negocios -o estilos de vidas- previos que reinvierten en sus negocios online.
No empiezan realmente de la nada
misma.
Por eso es tan difícil que
alguien que empieza de cero tenga éxito con su primer negocio y por eso para
los gurús es tan fácil inflar la demanda.
9.
Armar equipos es más importante que trabajar
individualmente
De mi trabajo con equipos de
negocios tuve que aprender esta importante lección muy temprano en esta década
luego de perder ganancias por la coyuntura política de mi país que sufre
constantes crisis económicas.
Al principio no entendía la
importancia de trabajar con otros y las ventajas de internet para poder hacerlo
continuamente con personas de todo el mundo.
Fue un aprendizaje que me
permitió tener más tiempo para invertir en desarrollar nuevas ideas o proyectos
pero que en un principio me parecía muy extraño por aquel sentimiento
autosuficiente que muchos emprendedores novatos tienen y que usualmente termina
en desgaste físico y emocional.
No entender la importancia de un
equipo es frustrarse por errores y por destiempos que otros pueden ayudarnos a
solventar fácilmente si aprendemos a delegar, a confiar y a optimizar las capacidades
de cada uno dentro de un mismo equipo y persiguiendo la misma meta.
10.
Tiempo es el factor que lo determina todo
Si hablamos de metas es clave
entender que todo en esta vida tiene de fondo un solo ritmo: tic – toc, tic -
toc…
El sonido del reloj es el sonido
de las metas que nos proponemos cada día.
No hay un juez más severo que el
reloj.
En este artículo te hablé de la
familia, la pareja, los negocios y la formación profesional, pero en realidad
de lo que se trata es de hacer lo que queremos hacer en los tiempos en que nos
pautamos hacerlo.
No es fácil, lo admito.
El tiempo, los fines de año, los
fines de ciclo, las pérdidas de seres queridos, las frustraciones de la vida
cotidiana y los innumerables problemas que van surgiendo con el paso de los
días son una clara muestra de lo difícil que es lograr lo que queremos.
Pero, ¿Cuál es la alternativa?
Acaso ¿Qué te mueras sabiendo que
podías dar más de lo que realmente te diste a ti mismo y a los demás?
Me niego a que esa sea la
alternativa.
Si vas a plantearte sueños,
desafíos y experiencias ponle fechas, hazte de coraje y no dejes que pase otra
década para eso que sabes que puedes hacer, eso que sabes que tienes que hacer
y para eso que te gustaría hacer.
¿Te vas a animar a hacerlo en la
década que está empezando?
¡Espero que sí!
Cuéntame en un comentario. 🤗
"Las preguntas son éstas: ¿Quién eres? ¿Qué has querido de verdad? ¿Qué has sabido de verdad? ¿A qué has sido fiel o infiel? ¿Con qué y con quién te has comportado con valentía o con cobardía? Lo que importa es que uno al final responde con su vida entera".— literland (@literlandweb1) December 24, 2019
Sándor Márai pic.twitter.com/HSMQrsxzxj
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