Me permito, con el permiso que se requiere para épocas como estas,
dar una opinión basado en un hermoso libro que he comenzado a leer con especial
atención a los sucesos que ocurren en el día a día y que como pocos han sido
experimentados por aquellos en que sus rutinas le permitían ver la inmundicia
humana del materialismo exacerbado que enmascara a las elites desde siglos y que
poco ha cambiado. El libro que recomiendo leer es el de Diógenes del chileno Juan Rivano, un libro simple, anecdótico y cínico
(en el sentido filosófico del término, no sé porque he tenido que aclarar
siempre ese significado) que encierra algunos relatos muy clarificantes sobre
un modo de vivir impensado y profundamente antisistema, como el que llevó aquel
vagabundo pensador.
Los siglos pasan pero las ideas sobre lo bueno y lo malo varían según
los valores de las épocas en que aparecen hombres que les dan o quitan potestad
sobre los hombres. Este me parece que es el caso de Donald Trump que me antes, muchas veces lo he citado en este mismoblog, me provocaba una admiración tan intensa que lo recomendaba a cualquiera
que se me cruzara. Sus videos, sus presentaciones, sus libros, su actitud ante
la vida reflejaba mucho de lo que en años pasados pretendía para mí mismo. Su forma
de entender el mundo de los negocios y de propiciar la libertad financiera eran, y probablemente siguen siendo, una fuente
de grato confort para el que busca y pretende vivir de aquello que le genera
ganancias a costa de un esfuerzo constante e inteligente como solamente los
emprendedores lo pueden hacer.
“Your
first name is Free
Last
name is Dom”
Pero Donald Trump hoy ya
no representa eso. Claro que no puedo hablar por la mayoría de los hispanos
pero se ha ganado el desprecio de muchos latinoamericanos por sus declaraciones
contundentes en lo que va de su campaña hacia la Casa Blanca. Pero más allá de
esos dichos xenófobos y de su éxito empresarial él representa este ideal del “sueño
americano” que endulza los oídos de todo aquel estadounidense que lo escucha y
quiere poder vivirlo. Representa también una fuerza de choque clásica del ser
norteamericano (no diré “americano” cuando me refiera a ellos porque América es
un continente, no una visión etnocentrista del mundo) que se caracteriza desde
siempre por una soberbia ciega, una
idea de libertad y democracia viciada de mercantilismo, lo que los ha llevado a
convertirse en una innegable fuente de cultura pero al mismo tiempo en el gran
sistema policiaco de cómo debe ser la economía, el éxito y la vida misma lejos
de sus propias fronteras.
No hace falta demasiado análisis para saber que Trump representa lo
radical de una concepción de libertad norteamericana y el peligro de su concreción
como distopía, digo, por los países del tercer mundo como el que pretende negar
(en su complejidad).
Y aunque estoy listo para escuchar que algunos tengan argumentos
para defender quien es Trump y porque dice lo que dice (y espero con ansias
leerlos) es justo poder reconocerle también sus dones como hipnótico orador y
carismático populista, mismas cualidades que comparte con narcisistas vanidosos
como el que se encontró con El
Principito en su capítulo 11:
El segundo planeta estaba habitado por un vanidoso:
-¡Ah! ¡Ah! ¡Un admirador viene a visitarme! -Gritó el vanidoso al divisar a lo lejos al principito.
Para los vanidosos todos los demás hombres son admiradores.
-¡Buenos días! -dijo el principito-. ¡Qué sombrero tan raro tiene!
-Es para saludar a los que me aclaman -respondió el vanidoso. Desgraciadamente nunca pasa nadie por aquí.
-¿Ah, sí? -preguntó sin comprender el principito.
-Golpea tus manos una contra otra -le aconsejó el vanidoso.
El principito aplaudió y el vanidoso le saludó modestamente levantando el sombrero.
"Esto parece más divertido que la visita al rey", se dijo para sí el principito, que continuó aplaudiendo mientras el vanidoso volvía a saludarle quitándose el sombrero.
A los cinco minutos el principito se cansó con la monotonía de aquel juego.
-¿Qué hay que hacer para que el sombrero se caiga? -preguntó el principito.
Pero el vanidoso no le oyó. Los vanidosos sólo oyen las alabanzas.
-¿Tú me admiras mucho, verdad? -preguntó el vanidoso al principito.
-¿Qué significa admirar?
-Admirar significa reconocer que yo soy el hombre más bello, el mejor vestido, el más rico y el más inteligente del planeta.
-¡Si tú estás solo en tu planeta!
-¡Hazme ese favor, admírame de todas maneras!
-¡Bueno! Te admiro -dijo el principito encogiéndose de hombros-, pero ¿para qué te sirve?
Y el principito se marchó.
"Decididamente, las personas mayores son muy extrañas", se decía para sí el principito durante su viaje.
Y como cita Rivano sobre Diógenes:
“Decía que muchos solo distan un dedo de enloquecer, pues quien lleva el dedo
del medio extendido parece loco, pero no si es el índice”, así lo vemos seguido
al candidato republicano cuando declara cosas como: “Cuando México manda a su gente, no mandan a los mejores. Mandan a
gente que tiene muchos problemas. Nos traen drogas. Nos traen crimen. Son
violadores. Enfermedades infecciosas de México se desbordan por la frontera.
Estados Unidos se ha convertido en un basurero para México y, de hecho, para
muchas otras partes del mundo”.
“Your
first name is King
Last
name is Dom”
El otro siempre es y será blanco de ataques de los candidatos
populistas en cualquier tipo de sociedad, los extranjeros son fáciles de atacar
cuando se le habla al pueblo, a ese de la calle, a los incultos como el mismo Trump lo señaló más de una vez, el no
le habla al chico del college, le
habla al hombre común, ahí su poder y su peligrosidad.
Rivano recoge una pequeña anécdota interesante: Como Platón lo llamara
perro le dijo: “Dices bien pues me volví otra vez a los que me vendieron”.
Habiendo definido Platón al hombre como un “animal bípedo sin plumas”, tomó Diógenes
un gallo, quitóle las plumas y lo echo en la escuela de Platón diciendo: “Éste
es el hombre de Platón”.
Así mismo nos aparece la idea de libertad en el señor Donald, un
poco de esto y un poco menos de aquello es lo que en realidad exacerba en
votantes que lo ven con respeto por representar lo que ellos anhelan pero que
al mismo tiempo creen que puede preservar su nacionalismo libre y “puro”.
La idea de libre mercado sumada a un ideal de libertad etnocentrista
pero con raíces profundamente diversas porque si hay que es digno de
reconocimiento es que los Estados Unidos son la nación más potente del mundo es
debido, entre otras cosas a su crisol de razas y lenguas, cosa que se
contradice muchas veces y es usado como el tonel de Diógenes en otras ocasiones
según quien lo mire.
Esta diversidad que se expresa y se percibe es una característica tan marcada que seguramente podría dejar fuera de la presidencia a Trump, pero hasta ahora la sociedad le ha respondido afirmativamente en parte por esa forma tan directa y sincera de exponer sus ideas que es muy parecido a Diógenes y es ahí donde ambos son un ejemplo de “antisistema” pero uno apegado a eso como excusa para ganarse el favor del pueblo y el otro como modo de ver la vida y de buscar la verdad.
Esta diversidad que se expresa y se percibe es una característica tan marcada que seguramente podría dejar fuera de la presidencia a Trump, pero hasta ahora la sociedad le ha respondido afirmativamente en parte por esa forma tan directa y sincera de exponer sus ideas que es muy parecido a Diógenes y es ahí donde ambos son un ejemplo de “antisistema” pero uno apegado a eso como excusa para ganarse el favor del pueblo y el otro como modo de ver la vida y de buscar la verdad.
Ser antisistema no es lo
mismo dentro de una sociedad capitalista del siglo XXI que serlo dentro de una
sociedad hedonista a principios de la historia de la civilización griega pero
es cierto que mantienen cierto parecido
con el modelo de sociedad en la que viven, como cuando habiendo Diógenes sido
hecho cautivo, al venderlo le preguntase que sabía hacer, respondió: “Sé mandar
a los hombres”, y al pregonero le dijo: “Pregona si alguno quiere comprarse un
amo”.
Esta es más o menos la misma situación cuando hablemos de intereses
más grandes que los hombres y más allá de los siglos. Los pobres y los
desamparados que se refugian en su nacionalismo han de buscar incluso en el
esclavo o en el más exitoso de ellos un modelo de amo, esa es una tendencia que
no ha cambiado desde inicios de nuestras sociedades.
Sé que muchos latinos que viven en Estados Unidos leen este blog y están tomando decisiones
importantes, por eso además de hacer una invitación a leer al padre del
pensamiento cínico, es bueno poder recodarles que tienen una responsabilidad
grande, porque el significado de la palabra LIBERTAD es trascendente y cada
cierto tiempo se lo pone en riesgo pues se la usa con otros fines muy
diferentes a ella, como cuando le preguntaron a Diógenes quién le parecía que había sido Sócrates, dijo: Un loco.
Lo cierto es que mientras tanto Pharrell
Williams seguirá cantando:
Your first name is Free
Last name is Dom
Cause you still believe in
where we're from
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