En la parte dos de esta fascinante historia que nos lleva a ponernos en la
piel de Laura, la camarera, vimos el error que ella estaba cometiendo con la
persona que le interesaba.
Vimos como ella pudo darse cuenta de lo tonta que fue al intentar dar lo
mejor de sí cuando en realidad el problema no era si tenía o no talentos para
demostrar o amor para dar. Porque claramente tiene mucho talento y el corazón
de un ángel.
¿Cuál era el problema entonces?
El problema era que no estaba viendo todo el panorama.
En esta tercera parte vamos a verla tomar cartas en el asunto:
Ahora Laura ya sabe cuál es la situación, aunque todavía le cuesta
acercarse al muchacho.
Necesita hacer las cosas diferentes.
Esencialmente ella no cambió su personalidad ni nada de eso porque sigue
siendo la misma talentosa camarera con un corazón inmenso, pero ¿qué es lo que
debe hacer?
Ella debe pensar diferente. Leer lo que no ha leído, entender como el otro
lo entiende y no solo pensar en lo que ella quiere.
Al final, obtenemos lo que queremos si podemos comunicarnos con el otro a
partir de sus propias necesidades.
Entonces Laura se pone a leer un libro sobre lenguaje de señas. Lo aprende
y entonces se adapta. Adapta su forma de comunicarse con el mundo del que no
oye. Pues ella sí quiere hacerse entender y ser clara en sus intenciones.
En el próximo capítulo, el final, vas a entender completamente lo que ella
hace, pero por ahora basta decir que ella está mejorando un proceso de
comunicación complejo donde lo más difícil fue poder entender que no era su
talento ni su personalidad la que estaban fallando en ese proceso de acercarse
a otro, sino que era simplemente el hecho de que ella no estaba entendiendo como
comunicarse con el muchacho.
Dime, como marketer, ¿Cuantas veces no te pasó esto?
Sentir que tienes un producto, un servicio o un talento inmenso al que tus
clientes deberían prestarle atención, pero no lo hacen.
A mi me ha pasado varias veces.
Y no es nada grato.
Es frustrante.
Ahí es cuando dices: ¡O lo hago distinto o lo dejo todo!
La camarera no se rindió, eligió la primera opción.
Creo que de lo que se trata es de poder hacer ese cambio de perspectiva como
lo esta haciendo Laura, porque una vez que entendemos que NO SOMOS NOSOTROS la
causa de las fallas en la comunicación, sino LA FORMA en la que nos comunicamos
con los otros, es cuando podemos hacer los cambios necesarios para AJUSTARNOS
al modo en que los otros perciben lo que tenemos para ofrecerles.
Y adivina que.
Hoy es mas fácil que nunca poder tener una comunicación directa, simple y
fluida.
Se llama WhatsApp.
Lo usamos todos, a diario, a cada hora te diría.
Como marketer, como vendedor, como profesional, como emprendedor, no puedes
no usarlo en su máximo potencial. Debes hacer como Laura.
Tomar la iniciativa y aprender como comunicarte mejor.
¿Quieres hacerlo? Te ayudo:
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