“Es fulminante que en esos momentos donde más necesitamos que nos entiendan, el amor de nuestras vidas nos lanza quejas como tiros de gracia. Caminar al podio para recibir aplausos vacíos, es algo que duele más que el esfuerzo por subirnos ahí…”
El amor (junto con la pérdida, la enfermedad y la muerte) es una de las experiencias de transformación más profundas a la que puede verse sometido un ser humano en cualquier momento de su vida, porque es en parte una elección y es en parte un suceso fuera de nuestro control.
Los márgenes son distintos para cada persona en particular, pero en general es mucho más volitivo que las otras experiencias de transformación trágicas.
Cuando hablamos de este tipo de experiencias de transformación positiva como lo es el amar y ser amado podemos ver que los líderes en general tienen un buen balance entre sus logros, sus estilos de vidas y las personas que los acompañan, pero no así los campeones. Los campeones no siempre tienen ese balance entre las experiencias positivas y las negativas, aunque hayan logrado subirse al podio tantas veces que ya ni recuerdan.
En Argentina tenemos un dios de barro y carne que fue un magnifico jugador de fútbol y que se destacó por eso. Él es un campeón, pero nunca será líder de nada, porque ni siquiera ha comenzado por serlo en su vida privada. Hay muchos de estos dioses de barro y carne que creen ser líderes y en realidad fueron apenas campeones con logros, medallas, millones y mujeres pero que no tienen nada más que eso. Y a veces, ni eso.
En el camino al podio ciertamente que los aplausos pueden sonar vacíos si no tenemos paz mental, si no tenemos hábitos saludables, si somos soberbios, conflictivos y egoístas. Los logros más importantes por los que trabajamos años o que a veces se dan como simple producto de un talento natural apenas desarrollado, no tendrán ningún sentido en el transcurso de una vida si no les damos sentido como experiencias de aprendizaje que se deben integrar a todo lo demás que somos y hacemos cotidianamente.
Las medallas no van a ayudarte cuando estés en cama, los trofeos no van a darte palabras de aliento cuando estés solo y los millones de dólares no van a mantener un amor sano si no supiste construirlo, si no sabes lo que es.
Sin importar si se trata de campeones de negocios, de la ciencia, de los deportes o de la música, no debemos olvidar que hay una gran diferencia entre conocer el amor real y conocer las consecuencias de nuestros actos al buscar el amor. Todo lo que hemos conseguido hasta ahora, incluida nuestra pareja, no es más que un reflejo de lo que nosotros entendemos de eso. Tenemos lo que valoramos. Valoramos según entendemos.
Si al final del día nos sentimos tibiamente felices al comparar lo que logramos con lo que tenemos, estamos en el momento después de una sana experiencia de transformación.
0 comentarios COMENTALO!:
Publicar un comentario
Comenta con moderación. Por Favor No Hagas Spam. Si vas a publicar un enlace elije la opción "nombre/url". No publiques datos personales que puedan comprometer tu seguridad. Los comentarios que no cumplan con estas directrices serán moderados. Gracias.